A la memoria de las mujeres y hombres que cultivan la tierra en cualquier parte del planeta, campesinos y pastores, trashumantes, nómadas. Manos que producen alimentos y cuidan de la biodiversidad que permite la vida en la Tierra.
“¿Para qué, pues, trabajar con tanto esfuerzo y tanto empeño en algo que está condenado? Y a eso yo contesto: este trabajo es una manera de preservar el saber que mis hijos están perdiendo. Cavo los hoyos, espero a la luna nueva para plantar los arbolitos porque quiero dar ejemplo a mis hijos, si es que están interesados en seguirlo, y, si no lo están, para demostrar a mi padre y al padre de mi padre que el conocimiento que ellos transmitieron todavía no ha sido abandonado. Sin ese saber no soy nada.”
John Berger